Design Thinking: Cómo aplicarlo en la creación de tu sitio web.
¿Has escuchado hablar sobre Design Thinking? Tal vez sí, pues no es un concepto nuevo pero sin duda ha tomando fuerza en los últimos años y existen buenas razones para esto.
El Design Thinking nació con el objetivo de identificar y resolver problemas con soluciones que se adaptan a las necesidades de los usuarios. Pero no se trata de una fórmula mágica, o de un paso a paso a seguir para llegar a una respuesta. El Design Thinking es un abordaje de innovación que busca resolver problemas de todo tipo.
Este concepto surgió en el área del diseño, pero puede ser utilizado en cualquier campo. Aquí te mostraremos cómo puedes aplicarlo en la creación de un sitio web innovador, funcional y que ofrezca una buena experiencia de navegación al usuario.
¿Qué es el Design Thinking?
El Design Thinking (DT) es un abordaje, orientado al usuario, que busca solucionar un problema de forma creativa, innovadora y colaborativa. Para esto, utiliza herramientas, componentes y aspectos inherentes al diseño y, se enfoca en las necesidades reales del usuario, haciéndolo parte activa del proceso.
Como se trata de una forma de pensar o una manera de abordar un problema, lo ideal es que se incorporen sus valores y principios – empatía, colaboración y experimentación – en todo lo que hacemos. En el momento en el que aprendemos a hacer las cosas enfocadas en el usuario, y convertimos al Design Thinking en parte del día a día, será difícil deshacer esto y lograremos sorprendernos con excelentes resultados.
Mitos sobre el Design Thinking
Existen muchas definiciones y contenido sobre Design Thinking, y también algunos aspectos que generan dudas. Por eso, decidimos aclarar algunos mitos:
- Mito 1: Es una metodología
Cuando pensamos en una metodología, creemos tener a la mano una fórmula o un paso a paso que podemos aplicar en cualquier situación. Pero este no es el caso del Design Thinking, pues no es un proceso, ni un conjunto de métodos para llegar a un resultado, es una aproximación centrada en los usuarios. Existen muchas metodologías, prácticas, actividades, procesos, y una infinidad de posibilidades para aplicar el Design Thinking, pero no es un proceso lineal, o una receta con un paso a paso.
- Mito 2: Es una dinámica
El objetivo principal del Design Thinking es resolver un problema, no se trata de una dinámica de grupo. Sin embargo, hay decenas de técnicas y actividades ligadas al Design Thinking que se pueden aplicar al momento de desarrollar un proyecto.
Por ejemplo, si estás creando tu sitio web, puedes usar el mapa de empatía para entender a tu público objetivo, y así descubrir cómo puedes entregarle valor a través de tu sitio web. Será mucho más sencillo saber qué tipo de información debe ir en la página de inicio para llamar su atención o, a través de cuáles canales puedes comunicarte con tu público.
- Mito 3: Ayudará a salvar al equipo
Si bien es cierto que el trabajo en equipo y la colaboración son aspectos importantes cuando aplicamos el Design Thinking en un proyecto, no basta con llevar a un equipo a una sala de reuniones y esperar que suceda la magia. Se necesitan herramientas y procesos adecuados, y sobre todo hacer que participen las personas correctas.
El DT no va a salvar un equipo que no esté bien cohesionado. Si el equipo tiene un bajo rendimiento, o no se seleccionan las personas correctas para participar en el proyecto, el resultado puede no ser el mejor.
Para que el Design Thinking realmente suceda es importante seleccionar un grupo de personas con experiencias, capacidades y trayectorias diferentes, que puedan aportar a la solución del problema. Además, las personas deben sentirse en un ambiente seguro donde puedan contribuir, dar ideas, e incluso criticar.
¿Por qué utilizar el Design Thinking en la creación de un sitio web?
Al crear un sitio web se debe pensar en el contenido, las imágenes, la estructura, el menú de navegación, los formularios, y muchos otros detalles que sumados forman el proyecto web. Pero ¿cómo podemos asegurarnos de que lo que estamos creando va a agradar a nuestros visitantes y tendremos un sitio web atractivo, innovador y funcional?
Mediante la aplicación del Design Thinking en la planeación y ejecución de tu proyecto web, podrás estudiar y analizar a tu usuario, o posible visitante, para entender cuáles son sus necesidades. Y de esta manera, crear una página que cumpla con sus expectativas y proporcione una experiencia del usuario satisfactoria y eficiente.
En el momento en el que las personas sienten que pensaron en ellas al crear algo, dan más valor a la experiencia y son incentivadas a continuar usando el producto o servicio. En este caso, si los visitantes de tu sitio se sienten satisfechos con la experiencia de navegación que les ofreces, tendrás más chances de conquistar ese usuario para convertirlo en cliente o en un visitante frecuente.
Puedes leer: 5 tips para mejorar la experiencia del usuario en tu sitio web
Fases del Design Thinking
Existen diferentes variaciones y teorías respecto a las fases o etapas del Design Thinking, pero es importante tener en cuenta que no se trata de un proceso secuencial, se puede empezar con cualquier fase e incluso saltar alguna, en caso de ser pertinente. Asimismo, las fases pueden ocurrir paralelamente y repetirse. A continuación te presentamos la versión clásica de 5 fases, aplicada a la creación de un sitio web:
- Empatizar
El primer paso, para nuestro ejemplo, es conocer y comprender a las personas que van a usar nuestro sitio web y descubrir aquello que es relevante para ellas. Es una fase de conocimiento sobre las necesidades y los deseos del usuario. La idea es usar la empatía para escucharlos y ponernos en sus zapatos para entender sus hábitos de navegación y saber qué información les gustaría tener a la mano, por ejemplo.
Para esto, se realizan diferentes investigaciones y se usan algunas técnicas como:
- Entrevistas con los usuarios
- Shadowing o acompañamiento al usuario mientras realiza algo
- Focus Group
- Mapa de empatía
- Benchmark o estudio de competidores
Es válido volver a esta etapa siempre que necesitemos conocer y comprender a nuestros usuarios de manera más profunda.
- Definir
Una vez recolectamos información sobre nuestro usuario, es momento de identificar el problema al que queremos aportar soluciones innovadoras y definir un foco de acción. Para definir el foco de acción, podemos usar una fórmula como la siguiente:
El (usuario) desea/necesita (deseo/necesidad) porque (insight).
En nuestro ejemplo sería algo así: “Los visitantes del sitio web (usuarios) necesitan navegar por el sitio web de manera simple y rápida (necesidad) porque si no encuentran lo que buscan en menos de 10 segundos prefieren salir de la página (insight).
Para esta etapa puedes usar una herramienta como el checklist de lectura crítica, mediante la cual se responden las preguntas, mencionadas a continuación, para comprobar si la definición del problema es válida:
- ¿Cuál es la clave del problema? ¿Por qué?
- ¿Quién lo dice? ¿Por qué?
- ¿Qué tiene de nuevo? ¿Qué valor añadido aporta?
- ¿El problema que se planteó es relevante? ¿De qué manera?
- Idear
¡Llegó el momento de generar ideas! Durante esta etapa, se reúne un buen equipo multidisciplinar, y a través de diferentes actividades grupales, se generan posibles soluciones para los problemas encontrados. Anteriormente, los esfuerzos se centraron en comprender al usuario, ahora se deben generar soluciones que cumplan con sus expectativas.
Imaginemos que el problema que hemos encontrado es que el usuario prefiere salir de la página cuando no encuentra lo que busca rapidamente. Para comenzar a generar ideas, podemos preguntarle al grupo: ¿Cómo podemos hacer que el usuario encuentre rápidamente lo que está buscando en nuestro sitio web?”.
Al finalizar se deben elegir de tres o a cinco ideas para hacer un prototipo. Algunas actividades que se pueden usar en la fase de ideación son:
- Brainstorming o lluvia de ideas
- Técnica de La peor idea posible
- Collaborative Sketching
- Product Box
- Lightning Decision Jam
- Prototipar
El propósito de esta etapa es desarrollar una primera versión del producto, llamada MVP (minimum viable product o, en español, producto viable mínimo), para identificar si la solución realmente entrega el valor que el usuario necesita. Lo que se evalua en esta fase, más allá de la viabilidad tecnológica, es el interés de los usuarios.
El prototipo puede ser cualquier cosa con la que el usuario pueda interactuar y con la cual se puedan hacer pruebas, desde una pared de post its hasta algo digital. Por ejemplo, se puede crear un modelo del sitio web, mostrando cómo se va a distribuir el contenido en las páginas, o un wireframe que represente la estructura visual del sitio.
- Evaluar
Una vez tenemos listo el prototipo, es momento de validarlo con el usuario para recibir feedbacks. En esta fase la observación es clave, pues además de realizar preguntas al usuario sobre el prototipo, es importante ver sus reacciones y analizar la manera cómo lo está utilizando.
Las conclusiones obtenidas a través de las pruebas nos ayudarán a identificar errores, perfeccionar las soluciones, y aprender aún más sobre el usuario.
El proceso de evaluación no es el final, pues seguramente serán identificados nuevos problemas, y se tendrá que regresar a la fase de definición de problemas. Lo ideal es pasar por las fases todas las veces que sea necesario, y continuar evaluando las soluciones hasta llegar a la versión final.
¿Qué te pareció esta manera de solucionar desafíos?
Utiliza el Design Thinking para crear un sitio web que sea fácil de usar y agrade a tus visitantes. Sorpréndelos desde el primer momento que entran a tu página y anímalos a que se queden.